Destaca el autor que desde su creación en 1824, el Estado de México contaba con un territorio de 107,619 Km2, de ahí que el historiador Gerald McGowan la considerara como la entidad de mayor extensión territorial. En los 50 años transcurridos entre los gobiernos de Guadalupe Victoria y Sebastián Lerdo de Tejada, el Estado de México sufrió el desmembramiento de 86,525 Km2, aproximadamente. Entre otros, la provincia mexiquense perdió su capital y la salida del Océano Pacífico con la creación del Distrito Federal y del Estado de Guerrero.
Las causas de los desmembramientos territoriales, asegura el autor, fueron múltiples y la explicación de varias de ellas la podemos encontrar en esta obra, la cual integra y analiza las valientes y heroicas defensas constitucionales que presentaron los diputados mexiquenses ante los congresos constituyentes de 1824,1857 y 1917.
Señala que por sus tesis defensivas, argumentos y votos presentados en 1824, sobresale José María Luis Mora, en su defensa por mantener la integridad territorial del Estado de México que hicieron los diputados liderados por Prisciliano Díaz González ante el Congreso Constituyente de 1857.
Enfatiza que entre 1868 y 1869 los diputados que defendieron los territorios con los que, a la postre, formarían los estados de Hidalgo y Morelos, además de la singular defensa que encabezó el diputado Enrique A. Enríquez ante el Constituyente de Querétaro en 1917 evitó un considerable desmembramiento del territorio mexiquense, proyectado por Venustiano Carranza.
Finalmente, el autor da a conocer en esta obra los argumentos presentados por los diputados mexiquenses en la defensa constitucional del territorio estatal para evitar más desmembraciones a la extensión territorial del Estado de México, el que, según datos del INEGI, actualmente comprende 22,357 KM2, lo que permite fortalecer el orgullo, el sentido de pertenencia y la identidad mexiquense de sus habitantes.